LA MANIPULACIÓN EMOCIONAL
- Ana López Herrera
- 25 sept 2020
- 2 Min. de lectura

Aunque suena muy fuerte decir: manipulación emocional, es una situación que se presenta con mucha frecuencia en las relaciones familiares, laborales y sociales. Sin embargo, la familia será siempre el pilar fundamental en la construcción de la personalidad y autoestima de una persona, por esta razón, el presente blog está orientado a las relaciones familiares.
La manipulación emocional es utilizada cuando las personas no aprendieron o no desean utilizar una sistema directo para hacer alguna solicitud o expresar alguna molestia con respecto al comportamiento de otra persona. Lo ideal, lo saludable, es que cuando queremos pedir algo lo digamos de frente, sin rodeos, siendo asertivos y claros... pero, en ocasiones, tememos que la solicitud que deseamos no sea cumplida o acatada, o podría ser que no queremos vernos mandones y/o directivos, así que enmascaramos nuestro mensaje con un tono de voz y una expresión indirecta que, casi siempre genera culpa. Al utilizar este sistema estamos enviando el mensaje a la otra persona que esta haciendo algo malo, muy malo, si no realiza lo que esperamos realice:
- "¿Sabes cuántos niños mueren de hambre al día? y tú despreciando la comida."
Este puede ser el mensaje que utilice una madre para lograr que el hijo se coma todo lo que tiene servido sobre el plato. Probablemente el niño ingiera el alimento, pero a partir de una sensación de culpa, sintiendo que hace algo MALO cada vez que no come todo lo que le han servido.
- "¡Que milagro que me llamas! No sabes como he estado de triste por no escuchar tu voz, estaba enfermándome"
Este mensaje esta culpando al hijo de la enfermedad de la madre y además de su estado de ánimo, el hijo aprende a responsabilizarse de los sentimientos de las otras personas, y cuando los demás están "mal " empieza a aparecer en el una necesidad imperiosa de calmar el malestar del otro. Esta culpa condiciona a la persona a ser manipulada por el resto de su vida al ver a otra persona manifestando sufrimiento.
Ejemplos como estos hay cientos y cientos, culturalmente hemos aprendido a utilizar este tipo de método para pedir lo que queremos. Lo ideal es expresar nuestras necesidades, deseos e incomodidades directamente: "Por favor, come toda la comida"; "que bueno que me has llamado", esto genera relaciones más saludables y le permite a los hijos crecer con una autoestima sólida, sin culpas patológicas y sin rabia.
Ps. Ana María López

Comentários